Presentación del poemario Vulváfora de Esther Lapeña en Barcelona
Presentación del poemario Vulváfora de Esther Lapeña.
Prólogos de Jaime D. Parra y Gustavo Vega.
Con poema de Nuri Rovira.
Vulváfora, simbolizada por la v, se compuso en 5 años (en latín v), y se armaba con abundancia de citas críticas, de comentarios internos y también con algún dibujo. Algo que espejeaba con los textos creativos: como dos pantallas frente a frente una de la otra. Pero la v de Vulváfora era también una imagen de la escritura, donde un plumín hábilmente diseñado dejaba caer su gota de tinta creativa, al fondo.
El alma del mundo. Esther Lapeña no hace otra cosa que eso al llevar al extremo su poesía postista-musical-experimental: al mandato de Chicharro, el mago creador del postismo. Sus árboles letrísticos, su color verdad no es más que eso. Vulváfora: No hay un libro de mujer poeta filopostista igual en esta línea. Erótico visual. Radical postismo.
Jaime D. Parra
La autora:
Esther Lapeña. (Madrid, 1982). Hija de un maño y una arriacense de origen humilde, ha trabajado desde los dieciséis aprendiendo distintas profesiones (ensobradora, profesora, redactora, traductora, administrativa, diseñadora…) aunque su verdadera vocación siempre ha sido humanista.
Licenciada en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid, allí cofundó en el año 2006 (junto a Nuria Rovira, Javier Gil y Lara Osorio) un precioso fanzine de marcado carácter postista, llamado 13 Trenes, con sede en Madrid. Los integrantes de la revista forman ese mismo año 2006 el Grupo 13 Trenes y se asocian a la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, organizando actividades culturales en distintos centros y bibliotecas. La revista se publicará hasta el año 2014, fecha en que el grupo se desintegra definitivamente.
En el año 2016 comienza a colaborar con Ediciones Paralelo como lectora de contenidos, valorando obras recibidas en la editorial para su publicación, y también ese mismo año se lanza a dirigir su propio proyecto, Odisea Cultural, (consistente en una página web y una revista de carácter digital con contenidos culturales) en el cual trabaja actualmente.
Sus artículos y poemas han sido publicados en distintas revistas y antologías como El perro blanco (Monográfico a Fernando Arrabal, Libros del Innombrable, 2011); Francesca Woodman Poetic Proyect (Neurótica Books, 2012); Voces del Extremo. Poesía y Desobediencia (Amagord, 2014); Miles de Tierras (Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales, 2014), etc. Su última publicación ha sido en la antología Poéticas del caos (Libros del Innombrable, 2019).
En cubierta imagen de César López.
Junto con:
Contrición bajo los signos, de Jaime D. Parra
En mayo de 1978 aparecía la primera edición de Contrición bajo los signos. Se abría con una cita de la Ética de Spinoza («Contrito llámase al ser cuando está por debajo de sí por tristeza»), una «Invocación para que este libro concluya» y un prólogo manuscrito del autor, en el que exponía sus ideas sobre la vida en general, sus congojas en particular y los caminos por los que la poesía moderna podía rescatarse a sí misma. Había allí juventud, ingenuidad, ímpetu, autocompasión y un punto de jactancia, pero también ideas interesantes de cuño cernudiano —me refiero al Cernuda de la prosa crítica—, que en mi opinión no solo eran muy válidas sino imprescindibles. Aunque no aparezca en la nueva edición, sino un fragmento, no quería dejar de subrayar su valor.
Carmen Borja
Contrición bajo los signos es un libro complejo en el que se dan cita diferentes recursos de la llamada vanguardia clásica con otros más recientes del experimentalismo de los 60 y la poesía visual. Fue una primera, juvenil, y fructuosa experiencia de búsqueda —dentro y fuera del lenguaje—, que acompañará a Jaime D. Parra a lo largo de toda su vida y obra.
Gustavo Vega
Detrás de los espejos, de Alba Irene González:
Alba Irene González
Detrás de los espejos es un libro que persigue el equilibrio entre el compromiso social y el lirismo íntimo. Un libro feminista, que denuncia los abusos sexuales y que reivindica el papel de la mujer desde una óptica lírica.
El poemario consta de dos partes: La primera, pretende romper con el silencio que tan a menudo convive con la vergüenza que se desencadena tras haber sufrido abusos sexuales, y lo hace a través de imágenes cotidianas e íntimas. En la segunda parte, se visibilizan diferentes problemáticas a las que se ve sometida la mujer, y se invita al lector, a través de distintos escenarios y culturas, a reivindicar la libertad de expresión.
La obra ha sido finalista del Premio de Poesía Eloy Lozano 2022 y del III Premio Internacional de poesía Joven José Antonio Santano 2023.