Descripción
Prólogo y traducción de Teresa Fernández
Excepto tras la visión de la cabeza de un caballo, jamás he tenido ganas de matar. La cabeza de caballo se ha convertido para mí en un signo, o una orden, o más exactamente en una señal, como el pulgar alzado en los circos, que indica el momento de golpear. Aunque por miedo a que os riáis, no os explicaré que hay sin duda muchas razones para esto. La vista de una cosa muy fea lleva realmente a hacer lo que es feo. Pero lo feo es lo malo. La vista de un estado inmundo incita a los placeres inmundos. El aspecto de un hocico feroz en el que se descubren los huesos predispone al acto feroz y a la desnudez de los huesos. No hay en el mundo un objeto tan feo como la cabeza de un caballo a excepción de la cabeza de la langosta, la cual es casi exactamente igual, excepto por su dimensión gigantesca.
Doctor Faustroll
Presentación de Guillaume Apollinaire
AGOTADO. DISPONIBLE SEGUNDA EDICIÓN CORREGIDA Y ANOTADA