Descripción
A camino entre la autobiografía, la ficción y el ensayo Fernández-Molina construye con La llama invisible. una muy sugerente novela que atrapa al lector desde el comienzo.
No «nivola» ni tampoco novela. Pero entonces, ¿qué es este libro? Aunque solo sea cual liebre escurridiza entre matojos y rastrojos, huida de escopetas, cabalgaduras y galgos. Me gustaría tener o al menos haber tenido en el pasado, una conversación con uno de mis maestros. Con Miguel de Unamuno, por ejemplo. Una conversación (¿de escritor a escritor?) de persona a persona para paladear las geniales paradojas certeras, inquietantes y tranquilizadoras, con que a menudo estimulaba (bien sería que siguiera haciéndolo) conciencias, inteligencias e islas adyacentes. A buen seguro no me quitaría la razón, de que este libro ni es novela ni pertenece al género por él inventado en sus «Tres novelas ejemplares y un prólogo». Tampoco son memorias (mucho menos antimemorias) pues aunque algunos de sus episodios estén basados en la realidad y expuestos de un modo, si tal vez no literalmente exacto, si exacto de manera literaria y verídica que corrige la historia sin falsearla. O acaso no la corrige y sobre todo descorre algunos de los velos que la cubre. De algún modo, esta novela y no contra-novela, pues ni contra la novela va, ni contra algún otro género y del tuétano y substancia de todos, quisiera haberse alimentado, surgida de repente y escrita durante un par de semanas en su primera esencial redacción, ha pasado por diversos retoques, hasta llegar, a través de diferentes avatares a esta versión provisionalmente definitiva, inédita en su conjunto. Aunque no sea novela y más sea un conjunto de estampas y divagaciones, de algún modo mantiene un hilo argumental más denso y complejo al del relato y sitúa al libro en territorios que sin ser novelescos, ni de «nivola», se expresan en sus cercanías, y a la vez se alejan hacia atrás en el tiempo.
Antonio Fernández Molina
