Descripción
Prólogo de Raúl Herrero.
INCLUYE FOTOGRAFÍAS EN B/N Y COLOR.
En cubierta retrato de Eduardo Chicharro Briones por su padre, Eduardo Chicharro y Agüera, 1930.
Con material gráfico inédito de Eduardo Chicharro y Agüera, Eduardo Chicharro Briones y Nanda Papiri.
Nací en Roma —en 1940, de Eduardo Chicharro Hijo y de Fernanda Leona Papiri— vine a España, donde me enseñaron el español que me gusta mucho; me gusta bastante para hacer poemas. Yo, por ejemplo, digo: «El pincel mojaba tinta con la carroza de ruedas las bol y se encontró con la persiana escupiendo hierro. Yo no tengo confianza en trabajar. Los ojos de la nieve con el botón de impermeable hacen un pelo de oreja fantástico». Estos son mis versos postistas que los hago y los haré pensando en el «nubaconcorpisto». Me gusta el «post-ismo» porque es lo más moderno que hay, y también lo más difícil. En Madrid he visto a la Telefónica tragarse un clavo podrido, y he visto una ventana con un baúl que se dirigía al comedor de caridad.
[…]
Setenta y cuatro años más tarde habrá novedades sobre el niño Toni.
Antonio Chicharro Papiri es nieto de Eduardo Chicharro y Agüera, célebre artista, pintor de cámara de Alfonso XIII, e hijo de Nanda Papiri y Eduardo Chicharro Briones, también conocido como Chebé. Sin haber alcanzado la «provecta» edad de los diez años, en la segunda mitad de los años cuarenta del pasado siglo, el niño Toni firma dibujos que se publican en revistas y se exponen en muestras organizadas en torno al Postismo, estética de la que su padre es fundador. Ese mismo niño Toni resurge ahora de entre la niebla del tiempo y nos permite acceder a su historia y a la de su familia; por allí pasan Francisco Nieva, Dalí, Antonio López, Sara Montiel, rostros de la nobleza, etc. Estas memorias apuntan a las veladas postistas, pero, también, al Madrid nocturno de los años sesenta, a las tertulias, a los cambios de una sociedad que pasaba de la miseria de la posguerra al desarrollismo, todo ello enmarcado en las vivencias de un niño obligado a convertirse en adulto entre las contradicciones que le brinda una familia de artistas y los imperativos de la mediocridad del mundanal ruido.
200×135 mm
432 págs.
En cubierta retrato de Eduardo Chicharro Briones por su padre, Eduardo Chicharro y Agüera, 1930.