Descripción
José Fernández Arroyo Prólogo de Manuel Alberca
No ha podido José Fernández Arroyo elegir títulos más apropiado para la segunda entrega de su diario, continuación del conocido y celebrado Edelgard. Diario de un sueño (1948-1953), pues, en verdad, la vida «no es un sueño», sino una real y difícil travesía, y el diario, su bitácora. Esta alegoría literaria, muy utilizada pero todavía eficaz, que emparienta la vida y el viaje, permite relacionar la escritura diarística con el cuaderno de navegación, que constituye además uno de los orígenes más plausibles del diario íntimo moderno —ese modo paciente y disciplinado de solventar civilizadamente los problemas con uno mismo y con los otros—. Por tanto, la bitácora y el diario íntimo fueron y siguen siendo la tecnología para navegar todos los días, para proyectar nuevos destinos y para recalar en hospitalarios puertos al final de la singladura diaria. Este no es el diario de un triunfador, tampoco de un frustrado (ambas cosas serían inaguantables: insoportable leer el diario de un fracasado que culpa a los demás con resentimiento, más insoportable el de un triunfador absoluto si tal categoría existe), pues la vida de un hombre no mide su grandeza en el éxito ni en el triunfo, sino la aceptación lúcida de los límites y la gestión del fracaso.
Manuel Alberca
700 págs.